jueves, 19 de septiembre de 2019

BASES FISIOLÓGICAS Y ANATÓMICAS


Bases fisiológicas y anatómicas del oído 
El oído se puede dividir, anatómicamente, en oído externo, oído medio y oído interno.


El oído externo
El oído externo está constituido por el pabellón del oído (oreja) y el conducto auditivo externo que termina en el tímpano. El oído externo tiene la misión de recoger las ondas sonoras y transmitirlas hasta el oído medio. El pabellón auricular está constituido por el tejido cartilaginoso elástico cubierto por una delgada capa de epitelio. En el conducto auditivo externo que es tubular, existen pelos y numerosas glándulas ceruminosas y glándulas sebáceas que forman el cerumen que lubrica y actúa de barrera protectora. 



El cerumen es un fluido acuoso, mezcla de polipéptidos, lípidos, ácidos grasos, aminoácidos y electrolitos. Las secreciones excesivas de estas glándulas pueden formar tapones pardos, que finalmente obstruyen por completo el conducto auditivo. Se realiza la extracción mediante lavados con agua a temperatura del cuerpo. En el conducto auditivo normal, existen gérmenes saprofitos en equilibrio biológico. En épocas de calor y mayor humedad, los cambios de la condición de la piel de este conducto hacen que el equilibrio se rompa, produciéndose el crecimiento de un tipo de gérmenes desarrollándose la infección. Existen mecanismos de defensa cutánea de protección frente a estas posibles infecciones: la integridad del epitelio, un pH ácido, las secreciones, principalmente de cerumen, que protegen por dos mecanismos ya que los lípidos impiden la penetración de los gérmenes, y por otro lado, poseen un auténtico poder antimicrobiano. Los insectos en el conducto auditivo son especialmente molestos mientras siguen vivos, se puede matar al insecto llenando el conducto con aceite mineral, lo que proporciona un alivio inmediato y facilita su extracción con pinzas.

 El oído medio

El oído medio está formado por el tímpano, la caja timpánica que contiene aire, y la cadena de huesecillos yunque, martillo y estribo, la trompa de Eustaquio, el antro y las celdas mastoideas. La membrana timpánica tiene forma cónica y a ella se le une el mango del martillo; el martillo se encuentra unido por el otro extremo al yunque. En el extremo opuesto el yunque se une al estribo y la base del estribo se apoya en la ventana oval; que separa el oído medio del interno, los huesecillos están unidos entre sí de forma que las vibraciones sonoras en cualquier porción de la membrana timpánica son transmitidas al martillo –yunque– estribo y a la ventana oval. La trompa de Eustaquio regula la presión de la cavidad timpánica con los cambios de presión ambientales y es el conducto que conecta el oído medio con la nasofaringe. Los procesos congestivos nasales a veces se propagan en sentido ascendente por la trompa de Eustaquio y la inflamación de la mucosa de la trompa bloquea la luz de la misma. Como resultado, no puede renovarse el aire en el oído medio y la presión del aire en el exterior de la membrana timpánica no es equilibrado por el aire interior. Esta es la causa del déficit de audición tan común en las personas que sufren un fuerte resfriado, alergias e infecciones del tracto respiratorio superior. La irrigación del oído medio proviene de una serie de ramas de la carótida externa e interna. Los linfáticos del oído medio llevan la linfa a los ganglios parotídeos y retrofaríngeos.

El oído interno
El oído interno o laberinto consta del órgano vestibular u órgano del equilibrio y de un conducto con forma de caracol o cóclea que es el que posee la función auditiva. El caracol es un sistema de tres tubos, uno al lado del otro, denominados rampa vestibular, rampa media y rampa timpánica. La rampa timpánica termina de nuevo en la pared de la cavidad timpánica en la denominada ventana redonda. La rampa media se encuentra llena de un líquido: la endolinfa. En la rampa vestibular y en la timpánica se halla la perilinfa. La rampa timpánica y la rampa media se encuentran separadas entre sí por la membrana basilar. En esta membrana se encuentran los órganos terminales receptivos que generan los impulsos nerviosos en respuesta a vibraciones sonoras. Estos son los denominados órganos de Corti o conjunto de células sensibles ciliadas. Por las oscilaciones de la membrana de la ventana oval, en respuesta a una vibración sonora, se produce una onda que va hacia la cóclea y que estimula las células sensoriales del órgano de Corti. La membrana de la ventana redonda sirve para compensar la variación de volumen que es causada por la oscilación de la membrana de la ventana oval. 

El órgano de Corti contiene estos receptores sensitivos o células ciliadas. Estas células están incluidas en una red de terminaciones del nervio coclear. Sus cilios se proyectan hacia arriba y la inclinación de estos cilios produce cambios del potencial eléctrico a través de la superficie ciliada, es el potencial de receptor que desencadena un potencial de acción en la fibra nerviosa. El órgano del equilibrio se compone del sistema estático y del sistema de los conductos semicirculares. El órgano estático se compone del sáculo y del utrículo, llenos de endolinfa, situado en la parte media del laberinto. Cada uno de ellos, contiene una placa sensitiva constituida por una capa de células sensitivas cuyos cilios penetran en una sustancia gelatinosa, la cual tiene una capa de gránulos de carbonato cálcico en su superficie. Estos gránulos siguen la fuerza de la gravedad y quedan retrasados en los movimientos. De esta manera, provocan una inclinación de los cilios que produce el estímulo de las células sensitivas. Las dos placas sensitivas están dispuestas perpendicularmente entre sí: la del utrículo horizontalmente y la del sáculo verticalmente. Por ello este órgano informa de la posición de la cabeza en el espacio y de sus cambios de posición, de la aceleración lineal. El sistema de los conductos semicirculares se compone de tres conductos arqueados dispuestos en los tres planos del espacio: el conducto semicircular horizontal, el frontal y el vertical. Transversalmente al eje del conducto semicircular existe un repliegue rígido del tejido, la cresta, encima de la cual se encuentra una sustancia gelatinosa, la cúpula. En la cima de la cresta están las células sensitivas cuyos cilios penetran en la cúpula. El más pequeño movimiento de la cúpula produce una alteración del potencial de reposo de las células sensitivas. Así, este sistema informa del movimiento rotatorio. Como los dos órganos del equilibrio siempre están en actividad, la información sobre la posición y el movimiento de la cabeza es muy preciso. Las informaciones enviadas por los órganos vestibulares se coordinan con las informaciones visuales y con las de la sensibilidad general del organismo y en el cerebelo establecen relación con las series programadas de acciones motoras que se encuentran almacenadas. Esta coordinación asegura una sensación espacial y permite que los movimientos se adapten con rapidez al fin propuesto.

Bases fisiológicas y anatómicas de la nariz y los senos paranasales

La nariz 




Es la primera sección del tracto respiratorio y se extiende desde el techo de la boca a la base del cráneo y desde las ventanas nasales anteriores (entrada ORL 1267 de aire) a las posteriores (por donde el aire pasa a la faringe). Para fines descriptivos la nariz se divide en parte externa y parte interna (cavidad nasal). La cavidad nasal comprende las fosas nasales derecha e izquierda, que contienen el tabique nasal y los cornetes (tres en cada fosa). Las ventanas anteriores se hallan en la base de la nariz, encima de ellas se encuentra la parte de la fosa ligeramente ensanchada, que recibe el nombre de vestíbulo, que está revestido por piel fina y fuertemente adherida al cartílago subyacente y al tejido fibroadiposo. En la parte inferior, posee recios pelos que se curvan hacia abajo para proteger la entrada. El cornete inferior es el mayor de todos. Está cubierto por la mucosa que contiene grandes espacios vasculares que constituyen un tejido eréctil que puede hincharse y como consecuencia, obstruir la nariz instantáneamente. El meato inferior recibe el conducto lacrimo-nasal. El cornete superior es pequeño y está relacionado con la región olfatoria. La irrigación sanguínea de las fosas nasales proviene de los dos sistemas carótido interno y externo a través de una rama de arteria oftálmica, de las ramas de la arteria maxilar interna y de la rama de la arteria palatina mayor. En la parte anterior del tabique nasal hay una serie de anastomosis entre ramitas de la arteria del subtabique, arteria palatina, nasopalatina, y etmoidal anterior que forman una zona muy vascularizada (plexo de Kiesselbach) de la mucosa nasal y es el área sangrante (área de Little), origen de gran parte de las epistaxis.

 El drenaje linfático de la parte anterior de las fosas nasales va a través de la cara, a los ganglios submandibulares; el de la parte posterior drena en los ganglios cervicales profundos superiores y en los retrofaríngeos. Los nervios acompañan básicamente a los vasos sanguíneos y son los nervios etmoidales anterior y posterior, las ramas nasales de los alveolares superior y anterior y las ramitas con fibras simpáticas vasoconstrictoras y para simpáticas secretomotoras. Las ramitas del nervio olfatorio 15-20 en total, entran en los bulbos olfatorios. Los huesos que rodean las fosas nasales tienen zonas huecas en forma de cavidades que están tapizadas por una mucosa respiratoria que comunican por una aberturas relativamente pequeñas con las fosas nasales, constituyendo los senos paranasales. Los senos paranasales son en cada lado: el maxilar, el frontal, el escenoidal y las celdas etmoidales. No poseen ninguna función conocida. Las fosas nasales, los senos paranasales y la rinofaringe, constituyen una unidad funcional de características morfológicas complicadas. Esta unidad rinosinusal, aparte de la función olfatoria y de servir de vía natural para el aire de la respiración, tiene la importantísima función de prepararlo para una correcta función pulmonar, lo purifica, lo humedece y lo calienta. Presenta también la primera y más importante barrera defensiva del organismo frente a los elementos nocivos del aire. Las bacterias y las partículas de polvo más finas se quedan retenidas en el manto mucoso que tapiza la superficie interna de las fosas nasales: luego, la acción de los cilios mueve el moco nasal hacia la faringe y ahí es deglutido. Si el material que se ha introducido es demasiado irritante, se inician una serie de reflejos musculares y es violentamente eliminado por medio de estornudos. La mucosa respiratoria de las vías altas constituye un tejido altamente especializado se extiende por la faringe hasta el oído medio por la trompa de Eustaquio (conducto faringotimpánico), el conducto lacrimal, senos paranasales y vías respiratorias inferiores.

Bases fisiológicas y anatómicas de la faringe y la laringe

La faringe

La faringe es el conducto irregular músculomembranoso entre la boca y la porción posterior de las fosas nasales y el esófago con el que continua. 
Desde el punto de vista descriptivo podemos dividirla en tres partes: 
1) Superior o nasofaringe, que continúa con las fosas nasales por las coanas (nasofaringe, rinofaringe o cavum). 
2) Media o mesofaringe, que se abre a la cavidad bucal (orofaringe o faringe bucal). 
3) Inferior o hipofaringe (que se abre hacia la laringe). 
Al estar cerrada delante por la laringe se divide así en dos espacios que son los senos piriformes derecho e izquierdo. La pared de la faringe es básicamente muscular; se compone de unos músculos que se superponen posteriormente y están tapizados por dentro por una capa de tejido mucoso. La musculatura de la faringe recibe su inervación motora de las células nerviosas del núcleo ambiguo; los axones a través de la rama faríngea del vago (X par) llegan al plexo faríngeo que inverva los constrictores. Este plexo está situado en la pared lateral de la faringe, fundamentada sobre el constrictor medio y está formado por las ramas motoras del vago, las sensitivas y las secretomotoras parasimpáticas del glosofaríngeo (IX par) y las simpáticas vasoconstrictoras. 
La sensibilidad de la nasofaringe (cavum) procede de la segunda rama del trigémino, nervio maxilar superior a través del ganglio esfenopalatino. La irrigación de la faringe se realiza a través de las arterias faríngeas ascendentes y de las ramas de la lingual, de la facial y de las laríngeas superior e inferior. La sangre venosa se recoge en el plexo venoso faríngeo y va a las venas yugulares internas y venas tiroideas inferiores. El drenaje linfático va a los ganglios retrofaríngeos y de ellos a los grupos ganglionares cervicales profundos superior e inferior. Toda la cavidad faríngea se encuentra dividida de modo incompleto por el paladar blando, que en el momento de tragar aisla la epifaringe del resto de la faringe.

La capa mucosa está unida laxamente con la capa muscular en la parte superior y está cubierta por su epitelio de tipo respiratorio cilíndrico ciliado, mientras la orofaringe e hipofaringe tienen su epitelio de tipo disgestivo escamoso estratificado. Las glándulas faríngeas segregan moco deslizante: en la parte inferior de la mucosa está almohadillada por un plexo venoso. 
En el interior de la faringe hay unas estructuras y formaciones: 
– La amígdala faríngea (vegetaciones y adenoides). 
– Las amígdalas palatinas que se hallan situadas a ambos lados de la orofaringe.
– La amígdala lingual que se localiza en el tercio posterior de la lengua por encima del repliegue gloso epiglótico. 
Todas estas formaciones linfoideas de la faringe que hemos enunciado y otras agrupaciones menores diseminadas por sus paredes forman el anillo linfático de Waldeyer. Este anillo o tejido linfoideo aumenta de tamaño en los primeros años hasta la pubertad, en el adulto disminuye y en el anciano sufre una involución fisiológica. Se ha demostrado experimentalmente, sobre todo en la rinofaringe, que partículas, virus y algunos microorganismos son capaces de penetrar en la mucosa; las amígdalas y vegetaciones alojan bacterias y virus, es decir, antígenos. Por ello, al ser puerta de entrada aérea y alimenticia constituyen zonas del organismo en las que se establece un contacto muy importante con los antígenos externos, lo cual facilita que poco a poco se vaya edificando la experiencia inmunológica personal.

La laringe 

Forma el aparato músculo cartilaginoso central y simétrico, hueco y tapizado interiormente por una mucosa y situado en la parte superior y anterior del cuello delante de la faringe debajo de la lengua y encima de la tráquea con la que continua. Es el órgano productor de la voz. Está formado por 9 cartílagos; tiroides, cricóides, epiglotis, dos aritenoides, dos de santorini y dos de Wrisberg o cuneiformes. Los cartílagos se unen entre sí gracias a diversos ligamentos, membranas internas y articulaciones permitiendo los movimientos entre ellos. 

La pared laríngea está formada por diversos músculos y láminas fibrosas que en conjunto confieren una forma característica a la superficie interna. A la mitad de la faringe sobresalen los pliegues fibrosos superiores que forman las cuerdas vocales falsas y los pliegues internos a unos 3 mm más abajo las cuerdas vocales o elementos fundamentales para la fonación. Entre estas dos cuerdas vocales se encuentra la glotis que ocupa un cavidad laríngea considerada dividida en tres espacios: espacio supraglótico, glótico y subglótico. El interior de la laringe está cubierto por una mucosa respiratoria que varia de una zona a otra.

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